El atletismo es una de las actividades deportivas más populares en nuestra sociedad. ¿Quién no se ha puesto unas zapatillas y ha ido a recorrer las calles y caminos de su ciudad? Es sorprendente pues que, aunque es una disciplina muy practicada, apenas tiene seguimiento para el gran público y los medios de comunicación más importantes. Ocupa primeras planas de periódicos en momentos puntuales como son las competiciones de los Juegos Olímpicos o los Mundiales. A pesar de ello, hay nombres de este deporte que quedarán por siempre guardados en nuestra memoria.
Uno de los grandes referentes de la velocidad es Jesse Owens, el gran nombre de la cita olímpica de Berlín en 1936. Al estadounidense le otorgaron la etiqueta de “el mejor y más reconocido atleta de la historia” después de colgarse cuatro medallas de oro en esa única edición: la de 100 metros, 200 metros, salto de longitud y relevo 4 x 100 metros. Más allá de su impacto en la historia por sus hazañas deportivas, fue un abanderado e imagen activa de reivindicaciones sociales.
También en Estados Unidos surgió el “hijo del viento”, Carl Lewis. Llegó a participar en cuatro Juegos Olímpicos (Los Ángeles 1984, Seúl 1988, Barcelona 1992 y Atlanta 1996) y se colgó hasta diez medallas olímpicas, nueve de ellas de oro. Su gran fuerte fue el salto de longitud, donde no tuvo rival en ninguna de esas cuatro ediciones, aunque también se colgó el oro en los 100 y 200 metros lisos.
Usain Bolt, la última referencia
Si hay un atleta que ha sido referencia en los últimos tres lustros es Usain Bolt. El jamaicano ganó ocho medallas de oro en los Juegos de Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Por si fuera poco, en el Mundial de atletismo de Berlín 2009 registró dos récords, de los 100 y 200 metros, que todavía no han sido superados por nadie. En 2017 decidió retirarse de las pistas y, tras el adiós de la leyenda jamaicana, sobresalen nombres ya laureados como Lamont Marcell Jacobs, Fred Kerley, Andre de Grasse o Akani Simbine, que han brillado en la cita olímpica de Tokio 2020.
Y es que los Juegos Olímpicos son uno de los momentos más esperados por todo atleta y una de las competiciones deportivas que más interés genera a los espectadores. No es de extrañar, pues, que en año olímpico las apuestas deportivas de estas disciplinas lleguen a competir de tú a tú con competiciones que se disputan anualmente y que tienen un amplio seguimiento a lo largo del año, como son la Champions League, la NBA o los Grand Slam de tenis. Además de determinar el campeón o quién se colgará el oro en una competición, permiten el seguimiento de los eventos en vivo, es decir, con la posibilidad de realizar pronósticos mientras se determina el resultado.
Los grandes nombres del atletismo femenino
Considerada como la atleta más importante del siglo XX, cabe destacar a la pionera neerlandesa Fanny Blankers-Koen, la primera mujer en ganar cuatro oros olímpicos. Lo hizo en unos mismos juegos, en Londres 1948 y, aparte de destacar en la pista, tuvo una gran repercusión mediática por romper los estigmas de la sociedad. Ganó embarazada de tres meses y con 30 años, siendo una de las corredoras más mayores de la competición. Una referencia para las mujeres que llegarían después.
Luego vendrían otros nombres que escribirían páginas de la historia de los Juegos Olímpicos como Veronica Campbell-Brown, dominadora de la prueba de 200 metros; Allyson Felix, la más laureada de la historia con seis oros y tres platas, y Elaine Thompson-Herah, todavía en activo que acumula cinco oros olímpicos. Como sucede en el deporte masculino, hay una clara transición hacia una nueva generación que se pondrá a prueba en la próxima cita: París 2024. ¿Quiénes serán los grandes nombres del futuro?
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