Abel Jordan es una de las sensaciones del atletismo español. A sus veinte años ha irrumpido con fuerza este 2024 gracias a sus grandes marcas en los 100 metros lisos y los 60 y 110 metros vallasen el circuito universitario estadounidense, en el que compite con la referencia de Orlando Ortega, un atleta con el que ha podido compartir recientemente la experiencia de los Europeos de Roma.
Abel Jordan (Madrid, 2003) estudia Ingeniería Mecánica en la Universidad Estatal de California en Fullerton, cerca de Los Ángeles. Allí entrena con Marques Barosso y Dominique Arnold y, tras un primer año de transición, este segundo ha sido el de su despegue con 10.19 en los Big West Championships, 6.59 en los 60 metros en pista cubierta en Spokane -cuarto atleta español más rápido de la historia en la prueba-, 7.72 en 60 vallas en Alburquerque y 13.53 en 110 vallas en Fayetteville.
El atleta madrileño, que tiene los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 como "principal objetivo", tiene margen de mejora mientras se codea a sus veinte años con los mejores atletas nacionales e internacionales. En una visita a EFE repasa su trayectoria, habla de sus aspiraciones y desvela su lado más personal.
P. La semana que viene es el Campeonato de España en La Nucia. ¿Cómo llega, en qué momento se encuentra?
R. Me encuentro bien, aunque ha sido la primera vez que mi temporada se ha alargado un poco más porque en Estados Unidos empezamos antes. Noto el cansancio acumulado de competir tanto, pero aún me siento con ganas. Tengo dos pruebas en las que he despuntado bastante. No me esperaba lo del 100 y eso me hace tener ganas e ir a por todas. Vengo bien de la pista cubierta y eso me da confianza y autoestima.
En cuanto a las vallas, es una prueba muy técnica, un día uno se tropieza y se cae y subes puestos. Las vallas es una prueba muy puñetera y que te ayuda en muchos momentos. Además estará mi familia, algo que no suele habitual, y me apetece bastante.
P. 2023 fue un poco irregular, pero 2024 está siendo excelente
R. El pasado año fue un poco más de transición porque llegué a Estados Unidos, una cultura nueva, un entrenamiento distinto, comida diferente, otro ritmo de vida...incluso vallas nuevas, porque en España nunca había practicado la valla de la altura absoluta. Fue un paso muy grande que tuve que dar, tuve lesiones en el segundo entrenamiento en España y no pude hacer la temporada que me hubiese gustado pero en general la experiencia fue buena porque todos los pequeños matices los he aplicado este año y me ha ido mejor. He estado como mucho una semana y media lesionado. Estoy orgulloso de saber escuchar a mi cuerpo y saber cuando parar. La constancia ha ido a mi favor y me ha ido muy bien, sobre todo en el 100, que esperaba ir rápido pero no tan rápido.
P. ¿Cómo surge la idea de ir a Estados Unidos?
R. La idea surge de mi padre después de quedar tercero en categoría sub18 en el año covid. Me lo propuso como idea. Me dijo: "tenemos los medios". Y además conocíamos un amigo que se fue a Estados Unidos con una agencia con el fútbol y la experiencia fue buena. Estados Unidos es el país que más atletas saca de buen nivel. Es verdad que hay mucha gente, pero también algo bueno estarán haciendo. No puede ser solo por suerte.
El primer año que lo intenté fue complicado porque fue el posterior al covid, las universidades estaban temerosas, no daban becas, yo también estaba temeroso, y entonces aguanté un año en la Universidad Politécnica. Al año siguiente el entrenador me contactó y empezamos a hablar. Me animó bastante el sitio. Quería entrenar con buen tiempo y quería Miami o Los Ángeles. A partir de ahí fuimos adelante porque la mentalidad también era parecida.
P. ¿Cómo es la vida en California?
R. No es vivir del atletismo, pero sí que el atletismo me paga lo suficiente como para vivir allí. Tengo que pedir un poco de dinero a mis padres, porque siempre hay algún gasto más, pero mi vida básicamente se resume en entrenar, estudiar y competir. Estoy centrado en el deporte, pero a veces te sobrepasa y necesitas salir del ámbito porque ves a la misma gente en todos los sitios.
P. ¿Cómo es el circuito universitario de Estados Unidos?
R. Me parece muy divertido. Es como ir alrededor de Europa para competir. Funciona por divisiones, 1, 2 y 3. La 1 es como un reconocimiento, el primer paso para ser profesional y la gente está orgullosa de estar ahí. A esas universidades les gusta invitar a otras universidades para competir. Las de división 1 son las únicas que te permiten ir a las mayores competiciones de nivel.
P. El Europeo de Roma ha sido su debut con la selección absoluta. ¿Cómo ha ido la experiencia?
R. Ha sido bastante enriquecedora. Como siempre los ves en la tele con mentalidad competidora, verlos ahora de otra forma me ha gustado. He estado con Quique Llopis, Kevin Sánchez, Maribel Pérez o Sergio López Barranco, un chico muy majo, muy hablador, completamente distinto a como me esperaba.
P. ¿Dónde cree que está su margen de mejora?
R. El 100 es una prueba que depende más de la genética que de las vallas. Un niño que nace rápido contra uno lento tiene más oportunidades con el mismo nivel de esfuerzo. Las vallas, como tiene más técnica, es una prueba que recompensa más el esfuerzo del atleta. La técnica se trabaja, me gusta más y creo que puedo tener más aspiraciones en esta modalidad. Soy muy rápido, estoy bien a nivel de ránking nacional, pero a nivel internacional las vallas me darían un plus.
P. En Roma se le vio en la grada junto a Iván Pedroso
R. Es cubano y es muy querido en mi familia. Mis padres no me paraban de decir que me hiciera una foto con él. Tengo una foto con él cuando yo tenía doce o trece años, de cuando vino a Madrid para los mitines de invierno. Estar con él es muy bonito igual que poder ver saltar a Jordan Díaz, Pedro Pichardo, Eusebio Cáceres o Mattia Furlani. Es una parte que disfruto mucho, la oportunidad de verlos en primera plana y disfrutar del atletismo.
P. ¿Cuál ha sido su referente?
R. Orlando Ortega es un atleta al que siempre me gustaba seguir. Cuando se lesionó en Tokio me dolió un poco. Quería verle correr porque técnicamente es increíble. Mi entrenador de vallas corrió 12.90, la octava mejor marca de todos los tiempos, sabe mucho. Concuerda conmigo que Orlando está entre los diez mejores de la historia.
En Roma estuve jugando a la jenga con Orlando Ortega. Puede ser una tontería, pero para mi es súper chulo. En mi casa es muy querido y tener la oportunidad de tener una cena con él es muy bonito. Entró en esa élite española.
P. ¿Y los Juegos Olímpicos?
R. Veremos. Los Ángeles 2028 lo tengo como objetivo principal. París está más complicado porque compitiendo en Estados Unidos no consigo tantos puntos por ránking mundial. Sueño en París con las vallas, creo que podría hacer algo más que en los lisos, pero Los Ángeles 2028 seguro. Es un objetivo que creo que puedo conseguir.
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